El estrés es una patología omnipresente en la ajetreada sociedad industrial de nuestros días.
El bruxismo es una parafunción que origina una patología alarmante por conducta anómala (apretamiento o rechinamiento, o ambos). Los resultados del mismo en estética dental y prótesis son temidos por los clínicos.
El bruxismo es una parafunción que origina una patología alarmante por conducta anómala (apretamiento o rechinamiento, o ambos). Los resultados del mismo en estética dental y prótesis son temidos por los clínicos.
Teorías oclusales y psicológicas han sido enunciadas para explicar la etiología de la bruxomanía. Derivadas de aquéllas, terapias oclusales y psicológicas son aplicadas aisladamente o en suma para tratamiento del bruxómano.
Las férulas de descarga son el tratamiento comodín reversible de una amplia patología odontoestomatológica, desde la disfunción temporo-mandibular en cualquiera de sus manifestaciones hasta el bruxismo.
Las férulas pretenden una relajación muscular con el consiguientereposicionamiento condíleo.
Su mecanismo de acción permanece controvertido.
La efectividad terapéutica mostrada hace que su utilización sea amplia aunque algunos autores la cuestionan.
Diversos estudios abogan por futuras investigaciones que aclaren la etiología de la disfunción témporo mandibular (TMD) y bruxismo, de modo que puedan ser desarrollados tratamientos causales específicos.
Las férulas de descarga presentan problemas derivados principalmente de la dificultad para la fonación normal lo que obstaculiza la adecuada relación social de los pacientes.
El obturador nasal transicional es una propuesta alternativa o complementaria a las férulas de descarga como tratamiento de las parafunciones desde el punto de vista psicológico mediante la aplicación de terapias de modificación de conducta.
Se trata de un sencillo dispositivo de nuestra propia investigación, que hemos normalizado en tres tamaños o tallas estándar para simplificar su uso por profesionales y pacientes, que motivará en un corto espacio de tiempo una modificación de la conducta bruxómana y una reeducación a la normalidad oclusal, con el beneficio consecuente para la salud oral.
Palabras clave
Bruxismo; Bruxomanía; apretamiento; rechinamiento; nuevas terapéuticas; obturador nasal transicional; investigación y desarrollo; disfunción temporo-mandibular; férulas de descarga; estrés; terapia de modificación de conducta; conductismo.
INTRODUCCIÓN
El estrés es una patología omnipresente en la ajetreada sociedad industrial de nuestros días.
Los sujetos somatizan la tensión psíquica que conduce a dolencia distintas dependiendo del órgano diana donde la patología se manifieste: estómago (úlceras, gastritis), aparato respiratorio (accesos asmáticos), piel (dermatitis seborreica, psoriasis..), sistema nervioso (manías, cefaleas, tabaquismo, alcoholismo, drogodependencias...), sistema músculoesquelético (tics, mialgias,...) etc.
El aparato estomatognático sufre también, con elevada frecuencia, los impactos nocivos de la vida moderna: la bruxomanía es la versión o representación del estrés en nuestra especialidad. El paciente bruxómano es la principal somatización de la tensión nerviosa en odontología.
El bruxismo es una parafunción mandibular que cursa con apretamiento, rechinamiento o combinación de ambos.
El comportamiento bruxópata puede ser presentado tanto en vigilia como durante las horas de sueño por lo que ninguno de ambos aspectos puede ser ignorado sea desde el punto de vista diagnóstico como terapéutico refs. 11,12.
La disfunción temporo-mandibular (TMD) o síndrome de Costen es una entidad patológica relacionada con problemas funcionales de la articulación temporo-mandibular (TMJ) y/o de los músculos que mueven la mandíbula (músculos masticatorios) ref. 5.
Hay una relación causal evidente entre bruxismo y disfunción craneomandibular (CMD) de modo que los signos y síntomas de la CMD, incluyendo dolor de cabeza y cuello, espalda, garganta y hombros, presentan una gran prevalencia en bruxómanos ref. 2.
El bruxismo ocasiona una patología alarmante por conducta anómala (apretamiento o rechinamiento, o ambos).
La bruxomanía erosiona y fractura las piezas dentarias constituyendo un factor de riesgo grave para estética facial y prótesis dentaria.
La puesta en marcha de un programa de modificación de conducta para el tratamiento de la bruxomanía no implica la negación de otras terapias posibles.
El clínico debe aportar al tratamiento de sus pacientes todas aquellas terapias curativas que han mostrado efectividad clínica práctica, sin caer en la exclusión dogmática.
La terapia oclusal de la bruxomanía, tratamiento de interferencias, deben ser pues tenida en cuenta y practicada simultáneamente a la expuesta en este trabajo.
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